LA RENOVACIÓN QUE VIENE
Por: Israel Sánchez Zamora
Les voy a contar una historia sencilla, es acerca de “La Renovación que Viene”. ¡Sí! de esa que se viene formando desde hace tiempo, que parecía una pequeña bola de nieve pero que más tarde o más temprano va a provocar ¡la gran avalancha!. Por que no la quieren ver y por ende entender y atender, pero no por negar su existencia se va a evaporar ¡como muchos quisieran!.
La renovación que viene esta formada de descontento, de desesperanza, de inconformidad, de corrupción, de prepotencia, de injusticia, de incapacidad, de despotismo, de ignorancia, de desigualdad, de inequidad, de estancamiento; de preparación, de altura, de anhelos, de expectativas, de capacidad, de instrucción, de educación, de inteligencia, de carácter, de cultura, de miras.
¿Qué no hay nada allá afuera?, ¿qué tú no la puedes ver?. Fíjate bien, ¿ves a esos viejitos? que tienen que recibir una pensión como una dádiva, por que su sueldo no les alcanzo para ahorrar, apenas les alcanzo para sobrevivir; ¿ves a esa pareja? que tiene años planeando su boda, ¡pero la situación está muy dura! ¿dónde van a vivir?, ¿en qué van a trabajar?, ¿cómo van a mantener a sus hijos?; ¿ves a esos chavos de ahí? ¡sí, ellos! los vendedores ambulantes, les dijeron que si estudiaban tendrían un trabajo mejor que el que tuvieron sus papas y la posibilidad de salir adelante si le echaban ganas ... ¡y,… ya ves!; y ¿esos otros de allá? ¡sí! los que están viendo ese carro bonito pasar, pero que saben no lo pueden comprar, pues el changarro no da más ¡que para medio tragar!. ¿No ves a ese hombre que no puede llevar a su hijo con un doctor mejor por que no le alcanza?; o ¿ese otro tratando de cruzar la frontera?, ¿no has oído de los mojados que encuentran muertos casi todos los días en los desiertos de Estados Unidos o los que mueren en el río en su intento por cruzar?; ¿no ves a Zacatecas o Guanajuato despoblándose?; ¿qué? no sabes como han subido las remesas que envían los paisanos de los Estados Unidos y que tanto enorgullecen al gobierno; ¿no me digas que no notas a esos indígenas siempre olvidados?.
¿No ves a los maras y a las muertas de Juárez?; ¿no ves el control de los narcos y sus matanzas?; ¿no ves como va creciendo la violencia familiar y su desunión?. ¿No será que la gente ya está cansada y empieza a manifestarse aunque sea de estas formas?, ¿no será que ese hartazgo interno va en vías de explotar?.
¿No ves? como la gente ya ¡esta harta!, ¡esta fastidiada!, que ya las palabras no le bastan, que los jóvenes ven como se les cierran los caminos, los espacios, ¡que no tienen empleo!, ¡que no hay movilidad social!. Que aquello a lo cual legítimamente tienen que aspirar por haberse preparado, les esta vedado o prácticamente vedado; vivir mejor, tener familia, vivir en un lugar digno, tener un patrimonio, tener seguridad, estabilidad económica, social y laboral.
Que muchas veces no pueden hacer las cosas más elementales como salir a divertirse con sus amigos, familias, con sus novias. ¿Cómo pensar en eso? si en el mejor de los casos apenas tienen para sobrevivir indignamente. ¿Cómo pensar en mejorar la calidad de vida, la condición social?, si los que tienen el poder sólo se sirven de el y se han vuelto una camarilla que no permite el ascenso de nadie, más que de los suyos.
¡Quien piense! que este país se puede gobernar con las formas pasadas ¡está equivocado!. La única forma pasada de gobernar es la de dar empleos, permitir la movilidad social, crear un país en el cual si se trabaja se pueda tener una vida mejor, en el cual se tengan oportunidades, en el que se sepa que si tenemos hijos, si ellos se preparan no van a tener las puertas cerradas y van a poder aspirar a algo mejor si legítimamente se preparan y trabajan para ello. ¡Como se supone que debe ocurrir con nosotros!.
¡La renovación que viene! la va a hacer toda esa gente que esta harta de esperar, que esta harta de los changarros, de los políticos y empresarios de siempre, de los mismos discursos y promesas, de los malos servicios; que sabe que merece más, que quiere que sus hijos sean más ¡que vendedores ambulantes!; que van a ver un carro y lo van a querer, que van a querer una casa digna y no se van a conformar a que este fuera de su alcance ¡aún! por mucho que trabajen; que van a querer mandar a sus hijos a buenas escuelas como lo hace Calderón o Creel, Obrador o Cárdenas, Salinas o Zedillo. Tener un patrimonio, seguridad, expectativas como ellos y sus familias. Que quieren una casa mejor, ropa mejor, poder ahorrar, poder viajar, poder pasear; que esta harta de matarse trabajando por sueldos míseros, de no poder estar con su familia, de no salir con ella, de que no le alcanza nunca por mucho que trabaje.
¡La renovación que viene! la va a hacer ese paisano que mañana, ya no se va a querer ir a jugar la vida cruzando un desierto, por que va a entender que los que se tienen que ir son los que no supieron gobernar, crear empleos y cumplir con la misión que se les encomendó.
Esa gente que sabe que tiene derecho a aspirar y pedir cosas mejores, por que por ello trabajaron y se prepararon, que están hartos de ver como otros pocos se enriquecen en su perjuicio, y que para ellos las cosas cada vez ¡estén peor!, de tener que irse de su país. Aquellos que aspiran a más y no van a dejar que les cierren el camino y las expectativas.
¿Todavía no la ves?, pues que lástima por ti, ¡por que ésa! es la gente que va a hacer ¡La Renovación que Viene!