lunes, 15 de junio de 2009

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO



UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO (UNAM)
Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2009

miércoles, 10 de junio de 2009

AYER, EL NEW' S DIVINE; HOY, UNA GUARDERÍA EN HERMOSILLO;

Por: Israel Sánchez Zamora

AYER, EL NEW' S DIVINE;
HOY, UNA GUARDERÍA EN HERMOSILLO;

¿MAÑANA ...?

Y AQUÍ, NO PASA NADA
¿HASTA CUÁNDO MEXICANOS?
¿HASTA CUÁNDO?

martes, 9 de junio de 2009

¡VOY A VOTAR PORQUE ...!

¡VOY A VOTAR PORQUE …!
Por: Israel Sánchez Zamora

Acabo de leer en el número 1701 de la revista PROCESO un artículo de MARTA LAMAS acerca de la cuestión de votar o no hacerlo. Y si me he decidido a votar es por los argumentos que ella esgrime.

Coincido con ella en que de no votar se le estará dando el paso libre a esas fuerzas conservadoras, retardatarias, que han trabajado por acabar con la educación laica, la separación de la iglesia y el estado; que han buscado limitar nuestros derechos humanos y garantías individuales, que buscan imponer un estado policiaco; que combaten al pobre y no la pobreza; que buscan imponernos su visión de las cosas y no dan espacio a las visiones y pensamientos distintos.

¡VOY A VOTAR!, porque creo en pensamientos e ideales pronunciados por hombres como Voltaire: “no estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida el derecho que tienes de decirlo”; José María Morelos y Pavón: “Morir es nada, cuando por la patria se muere”; o Luis Donaldo Colosio: “Surgimos de una Revolución que hoy sigue ofreciendo caminos para las reivindicaciones populares. A sus principios de democracia, de libertad y de justicia es a los que nos debemos. Los ideales de la Revolución Mexicana inspiran las tareas de hoy. La Revolución Mexicana, humanista y social, nos exige y nos reclama. La Revolución Mexicana es todavía hoy nuestro mejor horizonte”.

¡VOY A VOTAR!, porque al igual que Colosio, después de tantos años desafortunadamente, yo y muchos seguimos viendo: “un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla”.

¡VOY A VOTAR!, porque no estoy de acuerdo con el aborto, pero creo en el derecho de cualquier mujer de decidir sobre su cuerpo.

¡VOY A VOTAR!, porque creo que el que comete un delito de los denominados “famélicos”, es victima de un sistema deficiente que no le ha permitido obtener ni siquiera lo indispensable para sobrevivir el y su familia (sistema que debemos combatir) y debe ser apoyado por un estado comprometido con la sociedad.

¡VOY A VOTAR!, porque estoy harto de que como dice la canción de Joan Manuel Serrat (Fiesta), después de votar, lo único que ha pasado muchas veces en este país es que “vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas”.

¡VOY A VOTAR!, ¡PORQUE CREO EN MI, Y EN UNA DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA REAL! Y no en la mera farsa a la cual nos quieren condenar.

Pero mi voto va a ser un voto minimalista.

¿Por qué?

Porque si entendemos el término minimalista de acuerdo a lo que establece Wikipedia, La enciclopedia libre, "...en su ámbito más general, es referido a cualquier cosa que se haya desnudado a lo esencial, despojada de elementos sobrantes, … es la tendencia a reducir a lo esencial. … es también el significado a simplificar todo a lo mínimo y generar un corto circuito, en el receptor de la obra.".

Es decir, a mi voto, le voy a quitar todo contenido de "expectativa", "ilusión", "utopía", ya que no creo que muchos de esos “progresistas”, “revolucionarios” respondan a la confianza que voy a depositar en ellos con mi voto.

Lo voy a hacer un voto pragmático, como el de Marta Lamas, voy a votar a favor de las cosas que creo y por ende del partido que se "supone" las representa y defiende. No le voy a retirar mi apoyo esta vez anulando mi voto, ¡tal vez como debiera hacerlo!, pero honestamente no creo que muchos de esos representantes “revolucionarios” lo honren a la hora de la verdad, a la hora de tener que legislar a favor de un país mejor, más justo, más equitativo, más plural, más libre, más incluyente, más competitivo, más seguro, de más oportunidades, menos represor.

¡VOY A VOTAR!, porque no los voy a dar el pretexto, de decir que “gracias” a que anule mi voto, esos hombres y mujeres “revolucionarios”, “liberales”, “progresistas”, “comprometidos con las causas ciudadanas y sociales”, no pudieron llegar a las cámaras (ya sea locales o federales) fortalecidos. Y por ello se ven sometidos al poder de las fuerzas “conservadoras” y “retrogradas”.

A mi no me han fallado los conservadores, ¡nunca he votado por ellos! (y me parece que ellos no le han fallado a sus votantes, evidentemente están defendiendo sus intereses).

Me han fallado esos “revolucionarios”, “liberales”, que no han sabido defender y mantener las conquistas sociales e ideológicas de los independentistas, hombres de la reforma y revolucionarios.

Me han fallado, cada vez que en un congreso local se han puesto a favor de la parte más oscurantista e intolerante de la iglesia, para condenar la posibilidad del aborto legal y con ello se han puesto en contra de la libertad de las mujeres a decidir libremente; Cada vez que han cedido terreno en contra de la educación laica, gratuita; cuando han fomentado el menoscabo de la libertad de creencias y expresión; Cada vez que se debieron oponer (y no avalar con su voto) un estado más policiaco y menos defensor de los derechos humanos y las garantías individuales. Por que si muchas de esas reformas salieron, fue gracias a que muchos de los “revolucionarios”, “progresistas”, se aliaron a los “retrogradas”, “oscurantistas”.

¡VOY A VOTAR!, porque no voy a permitir que después de las elecciones cuando muchos de ellos fallen y se sometan penosamente a intereses ajenos a la sociedad (como seguramente lo harán), cuando sigan mermando los logros históricos y libertades conquistadas por verdaderos hombres y mujeres revolucionarios, liberales y progresistas, ¡NADIE! me venga a decir que nosotros (la sociedad) somos los que hemos fallado por no haberlos apoyado, cuando la prioridad era disminuir el poder de los conservadores.

Es verdad, la democracia no se limita a votar únicamente, pero tampoco es dar cheques en blanco en todo momento a los que se "supone" “defienden” y “comparten” nuestros ideales, nada más, porque se "supone" que “defienden” y “comparten” nuestros ideales. Más aún cuando muchos de ellos en los últimos tiempos en nuestras caras han traicionado los mismos y con ello a nosotros, una y otra vez.

Me parece que lo más difícil es comprender y aceptar cuando hay que retirarle nuestro apoyo a aquellos que nos han fallado, porque ya no representan nuestros intereses y con sus acciones y decisiones han abdicado al honor de hacerlo.

Porque ellos, no todos, pero si muchos, son los que han fallado, no nosotros (únicamente). Los ideales, proyectos e instituciones ahí están, debemos comprender que los que han fallado son los personajes. Y que si llegara el caso y momento de retirarles nuestro apoyo, es por que han dejado de responder a nuestras expectativas, y no tenemos porque conformarnos con las miserias que nos dan, o con votar por el menos malo.

Nuestra falla ha sido no asumirnos como actores sociales y no meros espectadores; hemos fallados cuando únicamente hemos hablado bajito de lo que no nos parece y no nos hemos dado cuenta del poder que como ciudadanos tenemos. Por no entender que no nos están haciendo ningún favor al representarnos, sino que ese es un privilegio que les hemos dado; que mantener un sistema de partidos únicamente vale la pena si en verdad representan a la sociedad en su pluralidad.

"Pecar callando, cuando se debe protestar convierte a los hombres en cobardes". Como expreso Ella Wheeler Wilcox.

¡POR ESO VOY A VOTAR!


Es cuanto.

jueves, 4 de junio de 2009

TANTAS RAZONES PARA ANULAR EL VOTO

Pensé en la historia del cabecilla disidente que se encuentra con un viejo amigo y le pide ayuda:
“Te ayudaría”, contesta el amigo, “pero entiendeme, no puedo, por que tengo hijos”.
El disidente replica:
“Yo me quedaría Callado como tu, pero entiendeme, no puedo, por que tengo hijos”.

Madeleine
Albright
MEMORIAS
La Mujer más Poderosa de Estados Unidos

TANTAS RAZONES PARA ANULAR EL VOTO
(DEL VOTO DURO, AL VOTO ÚTIL, AL VOTO DEL MIEDO, AL YO ANULARE MI VOTO)
Por: Israel Sánchez Zamora

En su libro Las Venas Abiertas de América Latina, Eduardo Galeano, cita si mal no recuerdo, a un presidente de Guatemala a principios del siglo pasado diciendo ¿por qué los países latinoamericanos deberían confiar en Estados Unidos? si muchas de las desgracias de la región provenían precisamente de los intereses norteamericanos: “Por que hemos de esperar la solución, de donde nos ha provenido el mal”.

Durante años en este país impero lo que es conocido como el voto duro es decir, aquel voto emitido por sectores de la sociedad hacía un mismo partido, sin tener una variación considerable, de ahí la forma en que es conocido (voto duro). Respecto de su vertiente positiva el voto duro debería ser aquel que se realiza después de un análisis (lo ideal sería que profundo) y por ende un convencimiento ideológico de lo que el partido por el cual se vota representa, los ideales e intereses “ciudadanos” que defiende, y obvio, también por sus resultados en el ejercicio del gobierno, y que empata con nuestra visión de país. En su vertiente negativa (que desafortunadamente es la que ha predominado en nuestro país), es aquel voto que se encuentra encuadrado en estructuras corporativas o clientelares, tendientes a “invitar” a votar siempre por el mismo partido a cambio de recibir despensas, promesas de trabajo (o mantener el mismo si ya se tiene), etc. Es decir un voto comprado, presionado, sometido, no razonado hacía los intereses colectivos y del país, sino votar para mantener muchas veces a los mismos grupos de poder de siempre (STATUS QUO), y peor aún, en los últimos tiempos a su descendencia.

El “voto útil”, es aquel que fue promovido en el 2000, por hombres como Jorge Castañeda, para sufragar a favor del entonces candidato presidencial del PAN (Partido Acción Nacional) Vicente Fox, con el argumento de que, de los candidatos de oposición el era el único que tenía posibilidades reales de sacar al PRI (Partido Revolucionario Institucional) de la presidencia. Y que quede bien claro, el objetivo era sacar al PRI de la presidencia, no gobernar mejor (como nos quedo claro a todos). El llamado al voto útil en aquella ocasión tuvo eco entre un amplio sector de la población, que estaba harta de la situación del país y de muchos de los gobiernos priístas tanto a nivel municipal, estatal y federal, y en los legislativos estatales y federales, y la presidencia de la República. La gente creyó que su opinión vertida en votos, la conduciría hacía un mejor gobierno y condiciones de vida (empleos, servicios, educación, seguridad, etc). Pero el resultado no fue ese. Ya que ese voto se emitió, como revancha hacía un partido político, en este caso el PRI, por su larga permanencia en el poder, atribuyéndole todos los males que padecía el país y la sociedad mexicana, y no valorando los logros del mismo, que en definitiva los hay. Es decir fue un voto no razonado, ya que la persona por la cual se pedía votar, dio muestras claras desde su campaña de las múltiples incapacidades que como gobernante tenía. El voto útil consiguió su objetivo, saco al PRI de la presidencia de la república, pero nos dejo a cambio a uno de los peores presidentes de la historia, y no sólo no se solucionaron o disminuyeron los graves problemas que enfrenta el país, sino que muchos de ellos se agravaron, y cuestiones como la corrupción no sólo no se combatieron, sino en el “mejor” de los casos siguieron en los niveles permitidos y criticados a los gobernantes priístas, ejemplo de ello la corrupción ejercida por la esposa del presidente y los hijos de ella (Martha Sahagún y los hermanos Bribiesca).

El voto del miedo, fue aquel que nos recetaron en el 2006, para que fuera elegido Felipe Calderón, a través de la campaña emprendida principalmente en contra del candidato del PRD (Partido de la Revolución Democrática) Andrés Manuel López Obrador, Calificándolo de ser un peligro para el país. Independientemente de las simpatías o antipatías que dicho candidato nos genera. Lo que es una realidad es que dicha campaña estuvo muy lejos de ser una campaña no sólo propositiva, sino pareja. De todos es sabida la intervención de diversos sectores y del propio Presidente de la República (Vicente Fox), para impedir la llegada de AMLO a la presidencia. Evidentemente una elección manipulada (por el miedo), con lo cual nos damos cuenta que existen diversas maneras de manipular el voto de la gente, no únicamente con despensas, como lo alegaban los del PAN en contra del PRI, sino también por ejemplo fomentando el temor, la intolerancia, como ha sido la costumbre del Partido Acción Nacional.

Y llegamos al 2009, se acercan lo que se denominan elecciones intermedias, y una propuesta ha empezado a circular y pernear en la sociedad, EL ANULAR EL VOTO, la base sobre la que se sustenta dicha idea es simple, ¿por qué votar por unos partidos (cualquiera de ellos) que no nos representan; que no ven, ni trabajan por nuestros intereses?; ¿POR QUÉ LEGITIMAR EL STATUS QUO, votando?. ¿Por qué premiarlos votando por ellos dándoles la legitimidad que tanto buscan y parece que es lo único que les interesa del pueblo? (claro además de que sea dócil), cuando muchos de ellos han fallado en sus tareas de forma tan lastimosa y constante.

Los partidos políticos son “entidades de interés público”, según la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Pero en la realidad vemos que esto no es verdad, se han convertido muchos de ellos en entidades de grupos de interés. Pero no de interés de dar trabajo al desempleado, educación a la niñez y juventud, seguridad a los mexicanos, servicios de atención médica dignos. No buscan impartir justicia, promover la movilidad social, distribuir la riqueza, acabar la corrupción, ¡NO!. Buscan hacer lo mínimo indispensable para que todo siga igual, sin que el pueblo se rebele (QUIEN BUSCA CAMBIAR PARA QUE TODO SIGA IGUAL, ES UN CERDO).

¿Qué si esta idea toma fuerza, va a beneficiar a unos partidos políticos y perjudicar a otros? ¡seguramente!. ¿Pero y el pueblo?, ¿Cuándo va a ser él el beneficiado, vote o no lo haga? ¿Cuándo van a vivir mejor, tener trabajo, educación, seguridad, expectativas reales de vivir dignamente, y no sobrevivir indignamente, Valentina Pérez, Adelita Domínguez, Pánfilo López, Gumersindo Sánchez, la familia Burrón y tantos otros?.

¿No están hartos de vivir permanentemente en la incertidumbre, la zozobra? de no tener un futuro aceptablemente seguro, por que estudiamos para ello, por que trabajamos para ello, por que hemos sido buenos ciudadanos y hemos votado religiosamente desde que cumplimos la mayoría de edad y nos dijeron que si hacíamos esto, los que resultaran electos iban a velar por nuestros intereses, porque en este país tuviéramos mejores condiciones y calidad de vida y eso no ha sido cierto. ¿Qué?, ¿por qué no votar? para mi esas son razones suficientes.

Este llamado a anular el voto, pese a todo lo “tramposo” que pueda ser, me parece que refleja el hartazgo de una sociedad en verdad agraviada por la enorme mayoría de sus gobernantes, y me parece que es sólo el transito hacía formas de manifestarse cada día más radicales y violentas, si los políticos no dejan de ver únicamente por ellos y sus camarillas.

Yo no se si voy a votar o a anular mi voto (ya he votado tantas veces y todo va cada vez peor), lo que si se, es que si esto no mejora, no me extrañaría que el próximo llamamiento, fuera no a anular el voto, sino a, anular, combatir y erradicar este sistema corrupto e inservible, esta peste de malos políticos y gobernantes que nos aqueja. ¿O acaso? ese no fue el motivo que llevo a esos mexicanos revolucionarios a levantarse en armas en contra del gobierno de Porfirio Díaz.

¿Entonces?, ¿por qué nosotros no vamos a tener el derecho de manifestar nuestro rechazo a los pésimos gobernantes anulando nuestro voto? ¿Por qué no darles el mensaje? de que esta es una primera llamada o tal vez una de las últimas para que se ubiquen y se pongan a trabajar realmente para el bienestar colectivo. Que no sean miopes y soberbios, que las acciones del grueso de la población son cada día menos por estar a favor o en contra de un partido político, y cada día son más el reflejo de una sociedad harta, indignada y molesta.

Que estos movimientos pese a lo que algunos piensen, o sus promotores calculen, sí tiene eco en la sociedad, es por que cada día tocan fibras más sensibles de la misma (ahí están los muertos por la inseguridad, los desempleados, los sin escuela, los que viven en la pobreza extrema, etc). Y ahí está la misma corrupción, torpeza y arrogancia de siempre.

¡CUIDADO!, a lo mejor ahora si se esta despertando nuevamente ese México bronco, y la revolución este reclamando nuevos herederos. Por que los que se ostentan como tales en la actualidad, le han quedado muy chiquitos.

Es cuanto.