martes, 21 de julio de 2009

¡Y LA LUNA DEJO DE SER DE QUESO!

¡Y LA LUNA DEJO DE SER DE QUESO!
Por: Israel Sánchez Zamora

“Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad”
Neil Armstrong

Leía el otro día un artículo de Leo Zuckermann en su columna “Juegos de Poder”, acerca de sus emociones y recuerdos en relación a la llegada del hombre a la luna, cuarenta años atrás. De hecho el título del artículo es “Se me eriza la piel, 40 años después”.

E independientemente de la enorme importancia que dicho hecho representa para la humanidad, por si mismo. Lo que me llamo realmente la atención es el grado de descalificación e intolerancia que como individuos y sociedad poseemos, ya que la mayoría de los comentarios a dicho artículo eran ataques, que se pueden sintetizar desde un: “que hueva”, “¿Cómo un articulista serio puede escribir algo así?”, el ya infaltable “todo eso fue un complo, una mentira”, “los únicos que salieron ganando fueron los Estados Unidos, no nosotros”, etc.

Y entonces me puse a pensar ¿Y ... SI LA LUNA FUERA DE QUESO DE NUEVO? como cuando era chico, ¿O ... VIVIERA DE NUEVO EN ELLA UN CONEJO SALIDO DE UN CUENTO INDÍGENA? como me lo contaron un día mis tíos.

¡A MI ME GUSTARÍA QUE LA LUNA SIGUIERA SIENDO DE QUESO!, que en ella siguiera viviendo un ratoncito que de ella comiera. Me gustaría contarle a Emiliano y algún día a mis hijos que en ella siguen viviendo en paz un ratoncito glotón y simpático, y un conejito salido de un cuento indígena.

Me gustaría que ellos pudieran contemplarla y soñar lo que quisieran. Que si se les da la gana al verla puedan cantar alegremente lo que dice esa vieja canción “Cuando la luna se pone re’ grandota, como una pelotota y alumbra el callejón …”, o que piensen al verla “que de las lunas la de octubre es más hermosa” y que nadie los condene por ello.

Pero la luna ya no es de queso, ya no es de sueños, ya no es de encanto. Ahora 40 años después cuando alguien escribe que se le “eriza la piel” nada más de recordar el momento en que el hombre llego a la luna por primera vez, eso es de “hueva”, es de condena, es de enojo.

Y si eso es de “hueva” ..., ya entiendo por que en la actualidad, no nos sorprende, ni indigna, que tanta gente viva en la pobreza, o los millones que son víctimas de cualquier tipo de explotación. ¿Por qué nos han de indignar las matanzas diarias ligadas a todo tipo de crimen o la muerte de 49 niñitos en una guardería?.

... ¡YO QUISIERA QUE LA LUNA SIGUIERA SIENDO DE QUESO!


UNA HISTORIA DE RATONCITOS

Cuentan nuestros abuelos y los papás de nuestros abuelos que la Luna no es un astro espacial, sino que es un queso grande, redondo y blanco.

Tan blanca y maravillosa es la fuerza de la luna que mi ratoncito se quedo sorprendido. Noche tras noche admirando en el cielo inmenso, buscaba la manera de pegarle un enorme mordisco.

Sentía el aroma que desprendía llegada la magia de la noche, y soñaba con que llegaría tan cerca como a su ser amado para probar las delicias de tan exquisito manjar.

Soñaba que encontraba el lugar más alto del planeta para brincar a su paraíso, y que excavaba túneles en la luna blanca de queso, probando a encantadores mordiscos su quesito.

Y pasaba horas y horas comiendo y excavando, túnel tras túnel hasta que, de pronto, ¡la luna se acababa y mi ratoncito se caía en el vacío!. Pero siempre se despertaba entre mis brazos, más bien abrazando su almohada, ¡con una enorme sonrisa!.

Muchos se preguntan si los enormes y extraños agujeros de la luna blanca de queso son producto de las delicias del ratoncito. ¡Tal vez el mundo nunca lo sabrá!.
Anónimo

Es cuanto.

lunes, 20 de julio de 2009

DEFINIR

DEFINIR
Por: Israel Sánchez Zamora

Definir significa según el diccionario: fijar con precisión el significado de una palabra o la naturaleza de una cosa. Determinar, resolver una duda. Precisar: definir su opinión.

A lo largo de la vida, podemos aspirar o desear muchas cosas; podemos decir que amamos u odiamos a alguien; que vamos tras cual o tal meta.

Pero todo esto es vano si no definimos primeramente nuestros objetivos, si no nos definimos como personas, si no definimos nuestros sentimientos hacia los demás sobre todo hacia las personas que amamos.

Si no hacemos esto nuestra vida se vuelve una eterna incertidumbre, un ir hacia donde nos lleven los vientos o nuestros estados de ánimo. Es verdad que la vida no es un camino recto y que en mucha ocasiones nuestras aspiraciones por más claras y precisas que las tengamos no se van a poder realizar, pero es más fácil luchar por aquello que se tiene claro que por algo que no se sabe bien a bien si se quiere o no.

La certidumbre de saber ¿a donde se quiere llegar?, ¿que se pretende lograr?, ¿que se siente por los demás?, te da una claridad y una fuerza que hacen que muchos obstáculos y temores se disipen; que la opinión de los demás buena o mala no importe, porque se tiene un objetivo claro y un sentimiento definido.

Por lo tanto es importante tener el valor de precisar que es lo que queremos en la vida e ir tras de ello con toda nuestra fuerza y voluntad; es preferible fracasar haciendo e intentando lo que nosotros queremos, a vivir haciendo y logrando únicamente lo que quieren los demás.

Por lo tanto debemos decidir ¿qué es lo que deseamos como profesionistas?, ¿cuáles son nuestras aspiraciones materiales, morales y espirituales?, ¿cuál es la clase de amigos que queremos?, ¿a quién queremos como pareja?, ¿si realmente la amamos con todo nuestro ser, o por qué estamos con ella?, ¿si vale la pena o no unir nuestra vida con tal o cual persona, a tal o cual proyecto?.

Y una vez decidido esto, tener el suficiente coraje y valor de ir por lo que queremos, y si nos percatamos de que determinada situación, proyecto o persona no corresponde realmente a nuestro objetivo de vida; que no nos va a enriquecer y hacer crecer como personas, que no nos va a ayudar a mejorar, tener la fuerza de hacerlo a un lado.

Todo hombre debe decidir una vez en su vida, si se lanza a triunfar arriesgándolo todo, o se sienta en su balcón tranquilamente a contemplar el desfile de los triunfadores.

Esto es a final de cuentas reflejo del grado de amor y respeto propio que nos tengamos; si somos tan capaces y osados como para ir tras nuestros sueños aunque parezcan imposibles y ser fieles a nuestro ideal cualquiera que sea.

Como escribió el presidente Kennedy en su libro “Perfiles de Coraje”...”No fue por que amaran al pueblo más que así mismos, fue precisamente por que se amaban así mismos; por que la necesidad de cada uno de ellos de mantener su propio respeto para consigo mismo era más importante que su popularidad con los demás, por que su deseo de adquirir o mantener una reputación de integridad y coraje fue más fuerte que su deseo de mantener sus cargos; por que su conciencia, su norma ética personal, su integridad o moralidad era más fuerte que las presiones de la pública condenación; por la fe en que su postura era la mejor.”

“Estos problemas ni siquiera concierne solamente a la política, por que la misma básica elección entre la valentía o la sumisión nos enfrenta continuamente, ya sea que temamos la cólera de nuestro electorado, de nuestros amigos, de una junta de directores o de nuestro gremio (agregaría que cuando queramos o amemos a alguien), cuando quiera que nos mantengamos en contra de la opinión pública en cuestiones muy debatidas”...”Un hombre hace lo que debe – pese a las consecuencias personales, pese a los obstáculos, a los peligros y a las presiones – y esta es la base de toda moral humana”, Fin de cita.

Definirnos y tomar decisiones en la vida nos da el equilibrio personal que buscamos, ya que dejamos con ello de ser veletas a la deriva dependientes de las circunstancias, de ser títeres de los deseos y opiniones de los demás, y tomamos con ello el mando y control de nuestra vida volviéndonos responsables de la misma.

Finalmente de eso se trata la vida.

Es cuanto.

lunes, 13 de julio de 2009

HORTENSIA BUSSI "DOÑA TENCHA"


HORTENSIA BUSSI
“Doña Tencha”

Por: Israel Sánchez Zamora

… “De esa forma Hortensia Bussi relató al ensayista Hernán Dinamarca –según aparece en el libro Bolero de almas- la excepcional circunstancia en que conoció a Salvador Allende Gossens, quien más tarde sería su esposo.

Bussi hace alusión al fuerte sismo que el 29 de enero de 1939 sacudió la zona centro sur de Chile, en el que perdieron la vida cerca de 40 mil personas y que tuvo su epicentro cerca de Chillán, ciudad ubicada 500 kilómetros al sur de Santiago.

“Él venía arrancando del edificio de la Masonería. ¡Mire lo que es el destino! Me dijo que era un edificio viejo y había tenido temor de que se derrumbara. Salvador siempre le tuvo pánico a los temblores. De ahí nos fuimos a un café en la calle Tenderini , frente al Teatro Municipal”, le relató Hortensia a su interlocutor.

Ella, que era de una familia profundamente católica, le preguntó a Salvador si era masón. “Y me respondió que sí. Entonces le dije escandalizada, riéndome, que cómo podía ser masón un hombre a mitad del siglo XX”.

Aquel sismo era sólo el primero de muchos que vendrían después y que marcarían no sólo las vidas de ambos, sino también el devenir de su patria. ...”


Revista Proceso, número 1703. Pag. 40.