¡VOY A VOTAR PORQUE …!
Por: Israel Sánchez Zamora
Acabo de leer en el número 1701 de la revista PROCESO un artículo de MARTA LAMAS acerca de la cuestión de votar o no hacerlo. Y si me he decidido a votar es por los argumentos que ella esgrime.
Coincido con ella en que de no votar se le estará dando el paso libre a esas fuerzas conservadoras, retardatarias, que han trabajado por acabar con la educación laica, la separación de la iglesia y el estado; que han buscado limitar nuestros derechos humanos y garantías individuales, que buscan imponer un estado policiaco; que combaten al pobre y no la pobreza; que buscan imponernos su visión de las cosas y no dan espacio a las visiones y pensamientos distintos.
¡VOY A VOTAR!, porque creo en pensamientos e ideales pronunciados por hombres como Voltaire: “no estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida el derecho que tienes de decirlo”; José María Morelos y Pavón: “Morir es nada, cuando por la patria se muere”; o Luis Donaldo Colosio: “Surgimos de una Revolución que hoy sigue ofreciendo caminos para las reivindicaciones populares. A sus principios de democracia, de libertad y de justicia es a los que nos debemos. Los ideales de la Revolución Mexicana inspiran las tareas de hoy. La Revolución Mexicana, humanista y social, nos exige y nos reclama. La Revolución Mexicana es todavía hoy nuestro mejor horizonte”.
¡VOY A VOTAR!, porque al igual que Colosio, después de tantos años desafortunadamente, yo y muchos seguimos viendo: “un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla”.
¡VOY A VOTAR!, porque no estoy de acuerdo con el aborto, pero creo en el derecho de cualquier mujer de decidir sobre su cuerpo.
¡VOY A VOTAR!, porque creo que el que comete un delito de los denominados “famélicos”, es victima de un sistema deficiente que no le ha permitido obtener ni siquiera lo indispensable para sobrevivir el y su familia (sistema que debemos combatir) y debe ser apoyado por un estado comprometido con la sociedad.
¡VOY A VOTAR!, porque estoy harto de que como dice la canción de Joan Manuel Serrat (Fiesta), después de votar, lo único que ha pasado muchas veces en este país es que “vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas”.
¡VOY A VOTAR!, ¡PORQUE CREO EN MI, Y EN UNA DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA REAL! Y no en la mera farsa a la cual nos quieren condenar.
Pero mi voto va a ser un voto minimalista.
¿Por qué?
Porque si entendemos el término minimalista de acuerdo a lo que establece Wikipedia, La enciclopedia libre, "...en su ámbito más general, es referido a cualquier cosa que se haya desnudado a lo esencial, despojada de elementos sobrantes, … es la tendencia a reducir a lo esencial. … es también el significado a simplificar todo a lo mínimo y generar un corto circuito, en el receptor de la obra.".
Es decir, a mi voto, le voy a quitar todo contenido de "expectativa", "ilusión", "utopía", ya que no creo que muchos de esos “progresistas”, “revolucionarios” respondan a la confianza que voy a depositar en ellos con mi voto.
Lo voy a hacer un voto pragmático, como el de Marta Lamas, voy a votar a favor de las cosas que creo y por ende del partido que se "supone" las representa y defiende. No le voy a retirar mi apoyo esta vez anulando mi voto, ¡tal vez como debiera hacerlo!, pero honestamente no creo que muchos de esos representantes “revolucionarios” lo honren a la hora de la verdad, a la hora de tener que legislar a favor de un país mejor, más justo, más equitativo, más plural, más libre, más incluyente, más competitivo, más seguro, de más oportunidades, menos represor.
¡VOY A VOTAR!, porque no los voy a dar el pretexto, de decir que “gracias” a que anule mi voto, esos hombres y mujeres “revolucionarios”, “liberales”, “progresistas”, “comprometidos con las causas ciudadanas y sociales”, no pudieron llegar a las cámaras (ya sea locales o federales) fortalecidos. Y por ello se ven sometidos al poder de las fuerzas “conservadoras” y “retrogradas”.
A mi no me han fallado los conservadores, ¡nunca he votado por ellos! (y me parece que ellos no le han fallado a sus votantes, evidentemente están defendiendo sus intereses).
Me han fallado esos “revolucionarios”, “liberales”, que no han sabido defender y mantener las conquistas sociales e ideológicas de los independentistas, hombres de la reforma y revolucionarios.
Me han fallado, cada vez que en un congreso local se han puesto a favor de la parte más oscurantista e intolerante de la iglesia, para condenar la posibilidad del aborto legal y con ello se han puesto en contra de la libertad de las mujeres a decidir libremente; Cada vez que han cedido terreno en contra de la educación laica, gratuita; cuando han fomentado el menoscabo de la libertad de creencias y expresión; Cada vez que se debieron oponer (y no avalar con su voto) un estado más policiaco y menos defensor de los derechos humanos y las garantías individuales. Por que si muchas de esas reformas salieron, fue gracias a que muchos de los “revolucionarios”, “progresistas”, se aliaron a los “retrogradas”, “oscurantistas”.
¡VOY A VOTAR!, porque no voy a permitir que después de las elecciones cuando muchos de ellos fallen y se sometan penosamente a intereses ajenos a la sociedad (como seguramente lo harán), cuando sigan mermando los logros históricos y libertades conquistadas por verdaderos hombres y mujeres revolucionarios, liberales y progresistas, ¡NADIE! me venga a decir que nosotros (la sociedad) somos los que hemos fallado por no haberlos apoyado, cuando la prioridad era disminuir el poder de los conservadores.
Es verdad, la democracia no se limita a votar únicamente, pero tampoco es dar cheques en blanco en todo momento a los que se "supone" “defienden” y “comparten” nuestros ideales, nada más, porque se "supone" que “defienden” y “comparten” nuestros ideales. Más aún cuando muchos de ellos en los últimos tiempos en nuestras caras han traicionado los mismos y con ello a nosotros, una y otra vez.
Me parece que lo más difícil es comprender y aceptar cuando hay que retirarle nuestro apoyo a aquellos que nos han fallado, porque ya no representan nuestros intereses y con sus acciones y decisiones han abdicado al honor de hacerlo.
Porque ellos, no todos, pero si muchos, son los que han fallado, no nosotros (únicamente). Los ideales, proyectos e instituciones ahí están, debemos comprender que los que han fallado son los personajes. Y que si llegara el caso y momento de retirarles nuestro apoyo, es por que han dejado de responder a nuestras expectativas, y no tenemos porque conformarnos con las miserias que nos dan, o con votar por el menos malo.
Nuestra falla ha sido no asumirnos como actores sociales y no meros espectadores; hemos fallados cuando únicamente hemos hablado bajito de lo que no nos parece y no nos hemos dado cuenta del poder que como ciudadanos tenemos. Por no entender que no nos están haciendo ningún favor al representarnos, sino que ese es un privilegio que les hemos dado; que mantener un sistema de partidos únicamente vale la pena si en verdad representan a la sociedad en su pluralidad.
"Pecar callando, cuando se debe protestar convierte a los hombres en cobardes". Como expreso Ella Wheeler Wilcox.
¡POR ESO VOY A VOTAR!
Es cuanto.
Por: Israel Sánchez Zamora
Acabo de leer en el número 1701 de la revista PROCESO un artículo de MARTA LAMAS acerca de la cuestión de votar o no hacerlo. Y si me he decidido a votar es por los argumentos que ella esgrime.
Coincido con ella en que de no votar se le estará dando el paso libre a esas fuerzas conservadoras, retardatarias, que han trabajado por acabar con la educación laica, la separación de la iglesia y el estado; que han buscado limitar nuestros derechos humanos y garantías individuales, que buscan imponer un estado policiaco; que combaten al pobre y no la pobreza; que buscan imponernos su visión de las cosas y no dan espacio a las visiones y pensamientos distintos.
¡VOY A VOTAR!, porque creo en pensamientos e ideales pronunciados por hombres como Voltaire: “no estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida el derecho que tienes de decirlo”; José María Morelos y Pavón: “Morir es nada, cuando por la patria se muere”; o Luis Donaldo Colosio: “Surgimos de una Revolución que hoy sigue ofreciendo caminos para las reivindicaciones populares. A sus principios de democracia, de libertad y de justicia es a los que nos debemos. Los ideales de la Revolución Mexicana inspiran las tareas de hoy. La Revolución Mexicana, humanista y social, nos exige y nos reclama. La Revolución Mexicana es todavía hoy nuestro mejor horizonte”.
¡VOY A VOTAR!, porque al igual que Colosio, después de tantos años desafortunadamente, yo y muchos seguimos viendo: “un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla”.
¡VOY A VOTAR!, porque no estoy de acuerdo con el aborto, pero creo en el derecho de cualquier mujer de decidir sobre su cuerpo.
¡VOY A VOTAR!, porque creo que el que comete un delito de los denominados “famélicos”, es victima de un sistema deficiente que no le ha permitido obtener ni siquiera lo indispensable para sobrevivir el y su familia (sistema que debemos combatir) y debe ser apoyado por un estado comprometido con la sociedad.
¡VOY A VOTAR!, porque estoy harto de que como dice la canción de Joan Manuel Serrat (Fiesta), después de votar, lo único que ha pasado muchas veces en este país es que “vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas”.
¡VOY A VOTAR!, ¡PORQUE CREO EN MI, Y EN UNA DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA REAL! Y no en la mera farsa a la cual nos quieren condenar.
Pero mi voto va a ser un voto minimalista.
¿Por qué?
Porque si entendemos el término minimalista de acuerdo a lo que establece Wikipedia, La enciclopedia libre, "...en su ámbito más general, es referido a cualquier cosa que se haya desnudado a lo esencial, despojada de elementos sobrantes, … es la tendencia a reducir a lo esencial. … es también el significado a simplificar todo a lo mínimo y generar un corto circuito, en el receptor de la obra.".
Es decir, a mi voto, le voy a quitar todo contenido de "expectativa", "ilusión", "utopía", ya que no creo que muchos de esos “progresistas”, “revolucionarios” respondan a la confianza que voy a depositar en ellos con mi voto.
Lo voy a hacer un voto pragmático, como el de Marta Lamas, voy a votar a favor de las cosas que creo y por ende del partido que se "supone" las representa y defiende. No le voy a retirar mi apoyo esta vez anulando mi voto, ¡tal vez como debiera hacerlo!, pero honestamente no creo que muchos de esos representantes “revolucionarios” lo honren a la hora de la verdad, a la hora de tener que legislar a favor de un país mejor, más justo, más equitativo, más plural, más libre, más incluyente, más competitivo, más seguro, de más oportunidades, menos represor.
¡VOY A VOTAR!, porque no los voy a dar el pretexto, de decir que “gracias” a que anule mi voto, esos hombres y mujeres “revolucionarios”, “liberales”, “progresistas”, “comprometidos con las causas ciudadanas y sociales”, no pudieron llegar a las cámaras (ya sea locales o federales) fortalecidos. Y por ello se ven sometidos al poder de las fuerzas “conservadoras” y “retrogradas”.
A mi no me han fallado los conservadores, ¡nunca he votado por ellos! (y me parece que ellos no le han fallado a sus votantes, evidentemente están defendiendo sus intereses).
Me han fallado esos “revolucionarios”, “liberales”, que no han sabido defender y mantener las conquistas sociales e ideológicas de los independentistas, hombres de la reforma y revolucionarios.
Me han fallado, cada vez que en un congreso local se han puesto a favor de la parte más oscurantista e intolerante de la iglesia, para condenar la posibilidad del aborto legal y con ello se han puesto en contra de la libertad de las mujeres a decidir libremente; Cada vez que han cedido terreno en contra de la educación laica, gratuita; cuando han fomentado el menoscabo de la libertad de creencias y expresión; Cada vez que se debieron oponer (y no avalar con su voto) un estado más policiaco y menos defensor de los derechos humanos y las garantías individuales. Por que si muchas de esas reformas salieron, fue gracias a que muchos de los “revolucionarios”, “progresistas”, se aliaron a los “retrogradas”, “oscurantistas”.
¡VOY A VOTAR!, porque no voy a permitir que después de las elecciones cuando muchos de ellos fallen y se sometan penosamente a intereses ajenos a la sociedad (como seguramente lo harán), cuando sigan mermando los logros históricos y libertades conquistadas por verdaderos hombres y mujeres revolucionarios, liberales y progresistas, ¡NADIE! me venga a decir que nosotros (la sociedad) somos los que hemos fallado por no haberlos apoyado, cuando la prioridad era disminuir el poder de los conservadores.
Es verdad, la democracia no se limita a votar únicamente, pero tampoco es dar cheques en blanco en todo momento a los que se "supone" “defienden” y “comparten” nuestros ideales, nada más, porque se "supone" que “defienden” y “comparten” nuestros ideales. Más aún cuando muchos de ellos en los últimos tiempos en nuestras caras han traicionado los mismos y con ello a nosotros, una y otra vez.
Me parece que lo más difícil es comprender y aceptar cuando hay que retirarle nuestro apoyo a aquellos que nos han fallado, porque ya no representan nuestros intereses y con sus acciones y decisiones han abdicado al honor de hacerlo.
Porque ellos, no todos, pero si muchos, son los que han fallado, no nosotros (únicamente). Los ideales, proyectos e instituciones ahí están, debemos comprender que los que han fallado son los personajes. Y que si llegara el caso y momento de retirarles nuestro apoyo, es por que han dejado de responder a nuestras expectativas, y no tenemos porque conformarnos con las miserias que nos dan, o con votar por el menos malo.
Nuestra falla ha sido no asumirnos como actores sociales y no meros espectadores; hemos fallados cuando únicamente hemos hablado bajito de lo que no nos parece y no nos hemos dado cuenta del poder que como ciudadanos tenemos. Por no entender que no nos están haciendo ningún favor al representarnos, sino que ese es un privilegio que les hemos dado; que mantener un sistema de partidos únicamente vale la pena si en verdad representan a la sociedad en su pluralidad.
"Pecar callando, cuando se debe protestar convierte a los hombres en cobardes". Como expreso Ella Wheeler Wilcox.
¡POR ESO VOY A VOTAR!
Es cuanto.
1 comentario:
Y yo no vote por que estoy a favor de la libre abstencion.
Un saludete
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