Pensé en la historia del cabecilla disidente que se encuentra con un viejo amigo y le pide ayuda:
“Te ayudaría”, contesta el amigo, “pero entiendeme, no puedo, por que tengo hijos”.
El disidente replica:
“Yo me quedaría Callado como tu, pero entiendeme, no puedo, por que tengo hijos”.
Madeleine
Albright
MEMORIAS
La Mujer más Poderosa de Estados Unidos
TANTAS RAZONES PARA ANULAR EL VOTO
(DEL VOTO DURO, AL VOTO ÚTIL, AL VOTO DEL MIEDO, AL YO ANULARE MI VOTO)
Por: Israel Sánchez Zamora
En su libro Las Venas Abiertas de América Latina, Eduardo Galeano, cita si mal no recuerdo, a un presidente de Guatemala a principios del siglo pasado diciendo ¿por qué los países latinoamericanos deberían confiar en Estados Unidos? si muchas de las desgracias de la región provenían precisamente de los intereses norteamericanos: “Por que hemos de esperar la solución, de donde nos ha provenido el mal”.
Durante años en este país impero lo que es conocido como el voto duro es decir, aquel voto emitido por sectores de la sociedad hacía un mismo partido, sin tener una variación considerable, de ahí la forma en que es conocido (voto duro). Respecto de su vertiente positiva el voto duro debería ser aquel que se realiza después de un análisis (lo ideal sería que profundo) y por ende un convencimiento ideológico de lo que el partido por el cual se vota representa, los ideales e intereses “ciudadanos” que defiende, y obvio, también por sus resultados en el ejercicio del gobierno, y que empata con nuestra visión de país. En su vertiente negativa (que desafortunadamente es la que ha predominado en nuestro país), es aquel voto que se encuentra encuadrado en estructuras corporativas o clientelares, tendientes a “invitar” a votar siempre por el mismo partido a cambio de recibir despensas, promesas de trabajo (o mantener el mismo si ya se tiene), etc. Es decir un voto comprado, presionado, sometido, no razonado hacía los intereses colectivos y del país, sino votar para mantener muchas veces a los mismos grupos de poder de siempre (STATUS QUO), y peor aún, en los últimos tiempos a su descendencia.
El “voto útil”, es aquel que fue promovido en el 2000, por hombres como Jorge Castañeda, para sufragar a favor del entonces candidato presidencial del PAN (Partido Acción Nacional) Vicente Fox, con el argumento de que, de los candidatos de oposición el era el único que tenía posibilidades reales de sacar al PRI (Partido Revolucionario Institucional) de la presidencia. Y que quede bien claro, el objetivo era sacar al PRI de la presidencia, no gobernar mejor (como nos quedo claro a todos). El llamado al voto útil en aquella ocasión tuvo eco entre un amplio sector de la población, que estaba harta de la situación del país y de muchos de los gobiernos priístas tanto a nivel municipal, estatal y federal, y en los legislativos estatales y federales, y la presidencia de la República. La gente creyó que su opinión vertida en votos, la conduciría hacía un mejor gobierno y condiciones de vida (empleos, servicios, educación, seguridad, etc). Pero el resultado no fue ese. Ya que ese voto se emitió, como revancha hacía un partido político, en este caso el PRI, por su larga permanencia en el poder, atribuyéndole todos los males que padecía el país y la sociedad mexicana, y no valorando los logros del mismo, que en definitiva los hay. Es decir fue un voto no razonado, ya que la persona por la cual se pedía votar, dio muestras claras desde su campaña de las múltiples incapacidades que como gobernante tenía. El voto útil consiguió su objetivo, saco al PRI de la presidencia de la república, pero nos dejo a cambio a uno de los peores presidentes de la historia, y no sólo no se solucionaron o disminuyeron los graves problemas que enfrenta el país, sino que muchos de ellos se agravaron, y cuestiones como la corrupción no sólo no se combatieron, sino en el “mejor” de los casos siguieron en los niveles permitidos y criticados a los gobernantes priístas, ejemplo de ello la corrupción ejercida por la esposa del presidente y los hijos de ella (Martha Sahagún y los hermanos Bribiesca).
El voto del miedo, fue aquel que nos recetaron en el 2006, para que fuera elegido Felipe Calderón, a través de la campaña emprendida principalmente en contra del candidato del PRD (Partido de la Revolución Democrática) Andrés Manuel López Obrador, Calificándolo de ser un peligro para el país. Independientemente de las simpatías o antipatías que dicho candidato nos genera. Lo que es una realidad es que dicha campaña estuvo muy lejos de ser una campaña no sólo propositiva, sino pareja. De todos es sabida la intervención de diversos sectores y del propio Presidente de la República (Vicente Fox), para impedir la llegada de AMLO a la presidencia. Evidentemente una elección manipulada (por el miedo), con lo cual nos damos cuenta que existen diversas maneras de manipular el voto de la gente, no únicamente con despensas, como lo alegaban los del PAN en contra del PRI, sino también por ejemplo fomentando el temor, la intolerancia, como ha sido la costumbre del Partido Acción Nacional.
Y llegamos al 2009, se acercan lo que se denominan elecciones intermedias, y una propuesta ha empezado a circular y pernear en la sociedad, EL ANULAR EL VOTO, la base sobre la que se sustenta dicha idea es simple, ¿por qué votar por unos partidos (cualquiera de ellos) que no nos representan; que no ven, ni trabajan por nuestros intereses?; ¿POR QUÉ LEGITIMAR EL STATUS QUO, votando?. ¿Por qué premiarlos votando por ellos dándoles la legitimidad que tanto buscan y parece que es lo único que les interesa del pueblo? (claro además de que sea dócil), cuando muchos de ellos han fallado en sus tareas de forma tan lastimosa y constante.
Los partidos políticos son “entidades de interés público”, según la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Pero en la realidad vemos que esto no es verdad, se han convertido muchos de ellos en entidades de grupos de interés. Pero no de interés de dar trabajo al desempleado, educación a la niñez y juventud, seguridad a los mexicanos, servicios de atención médica dignos. No buscan impartir justicia, promover la movilidad social, distribuir la riqueza, acabar la corrupción, ¡NO!. Buscan hacer lo mínimo indispensable para que todo siga igual, sin que el pueblo se rebele (QUIEN BUSCA CAMBIAR PARA QUE TODO SIGA IGUAL, ES UN CERDO).
¿Qué si esta idea toma fuerza, va a beneficiar a unos partidos políticos y perjudicar a otros? ¡seguramente!. ¿Pero y el pueblo?, ¿Cuándo va a ser él el beneficiado, vote o no lo haga? ¿Cuándo van a vivir mejor, tener trabajo, educación, seguridad, expectativas reales de vivir dignamente, y no sobrevivir indignamente, Valentina Pérez, Adelita Domínguez, Pánfilo López, Gumersindo Sánchez, la familia Burrón y tantos otros?.
¿No están hartos de vivir permanentemente en la incertidumbre, la zozobra? de no tener un futuro aceptablemente seguro, por que estudiamos para ello, por que trabajamos para ello, por que hemos sido buenos ciudadanos y hemos votado religiosamente desde que cumplimos la mayoría de edad y nos dijeron que si hacíamos esto, los que resultaran electos iban a velar por nuestros intereses, porque en este país tuviéramos mejores condiciones y calidad de vida y eso no ha sido cierto. ¿Qué?, ¿por qué no votar? para mi esas son razones suficientes.
Este llamado a anular el voto, pese a todo lo “tramposo” que pueda ser, me parece que refleja el hartazgo de una sociedad en verdad agraviada por la enorme mayoría de sus gobernantes, y me parece que es sólo el transito hacía formas de manifestarse cada día más radicales y violentas, si los políticos no dejan de ver únicamente por ellos y sus camarillas.
Yo no se si voy a votar o a anular mi voto (ya he votado tantas veces y todo va cada vez peor), lo que si se, es que si esto no mejora, no me extrañaría que el próximo llamamiento, fuera no a anular el voto, sino a, anular, combatir y erradicar este sistema corrupto e inservible, esta peste de malos políticos y gobernantes que nos aqueja. ¿O acaso? ese no fue el motivo que llevo a esos mexicanos revolucionarios a levantarse en armas en contra del gobierno de Porfirio Díaz.
¿Entonces?, ¿por qué nosotros no vamos a tener el derecho de manifestar nuestro rechazo a los pésimos gobernantes anulando nuestro voto? ¿Por qué no darles el mensaje? de que esta es una primera llamada o tal vez una de las últimas para que se ubiquen y se pongan a trabajar realmente para el bienestar colectivo. Que no sean miopes y soberbios, que las acciones del grueso de la población son cada día menos por estar a favor o en contra de un partido político, y cada día son más el reflejo de una sociedad harta, indignada y molesta.
Que estos movimientos pese a lo que algunos piensen, o sus promotores calculen, sí tiene eco en la sociedad, es por que cada día tocan fibras más sensibles de la misma (ahí están los muertos por la inseguridad, los desempleados, los sin escuela, los que viven en la pobreza extrema, etc). Y ahí está la misma corrupción, torpeza y arrogancia de siempre.
¡CUIDADO!, a lo mejor ahora si se esta despertando nuevamente ese México bronco, y la revolución este reclamando nuevos herederos. Por que los que se ostentan como tales en la actualidad, le han quedado muy chiquitos.
Es cuanto.