DOBLE MORAL
Por: Israel Sánchez Zamora
El otro día escuchaba las declaraciones del presidente de los Estados Unidos (George W. Bush) respecto a Cuba, y a su vez posteriormente escuché la respuesta que de las mismas hizo Felipe Pérez Roque Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba.
Y si no fuera por que personajes como estos dos me han quitado mi capacidad de asombro, me hubiera sorprendido que con la mano en la cintura ellos hablen de derechos humanos, libertad, respeto, etc. Cuando ambos son representantes de regímenes que han violado los derechos humanos, ya sea de sus ciudadanos, o de los ciudadanos de otros pueblos.
Y entonces recordé que hace un par de semanas una cubana fue galardonada con el premio Ortega y Gasset de Periodismo (Yoani Sánchez por su blog Generación Y) en la categoría de periodismo digital, y decidí echarle un vistazo.
Y leyendo su blog, me percaté, que por desgracia no narra nada que le sea ajeno a miles o millones de personas en los pueblos latinoamericanos, esas historias de pobreza, represión, explotación, exclusión.
Que quizás ella y los cubanos tienen el aliciente de que cada vez más países a nivel mundial reconocen las violaciones a sus derechos humanos bajo el régimen cubano como es en la actualidad.
Pero que muchos pobladores de Latinoamérica no tienen ni siquiera ese consuelo, por que viven en “libertad”, esa libertad que dan las “democracias”, que probablemente para muchos sea la casi esclavitud o muerte en libertad. “NO TE PREOCUPES SI NO TIENES: TRABAJO, DINERO, SERVICIO MÉDICO, VIVIENDA, SI VIVES EN LA INSEGURIDAD, EN LA INCERTIDUMBRE; NO TE PREOCUPES SI TUS POLÍTICOS Y LOS PARTIDOS POLÍTICOS NO TE REPRESENTAN REALMENTE, ¡PUEDES VOTAR, VIVES EN DEMOCRACIA, QUE MÁS QUIERES!”.
No se dan cuenta, o si se dan, no les importa que “después de la votación”, después de lo que algunos llaman “La Fiesta de la Democracia”, pasa lo que escribió Joan Manuel Serrat en su canción “Fiesta”:
“… vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas. …”.
Votamos, ¡SI!, pero para que todo sigua igual (o seguramente peor), lo único que hacemos es legitimar el “status quo”.
Y me encontraba pensando todo esto cuando la ví a ella, se llama Lupita (bueno más bien se llama Guadalupe, pero todos le decimos Lupita).
Lupita hace la limpieza en el edificio donde trabajo. Entra a trabajar a las 06:30 de la mañana. y sale a las 21:30 hrs. Trabaja de lunes a sábado, el sábado entra a las 07:30 de la mañana y sale a las 17:30 hrs. Y por trabajar dos turnos con el horario antes mencionados gana la fabulosa cantidad de $2,200.00 m/n. a la quincena, es decir $4, 400.00 m/n. al mes.
¿Qué les puedo contar de Lupita?
Pues les puedo contar que a pesar de matarse trabajando todo el día por sueldo tan mísero, de tenerse que levantar a las 04:00 de la mañana para llegar a tiempo y que no le descuenten de su magro sueldo, es alguien que refleja todavía pureza en su mirada y su sonrisa, alguien que seguramente es feliz con las cosas simples de la vida, que no comprende el por que su hermana ha sido acosada por las religiosas en la casa de asistencia a madres solteras donde trabaja, desde que se enteraron que está embarazada (vaya ironía ¿no?). ¡Como decirle! que muchas veces esas madres de la iglesia, carecen precisamente de lo que su nombre indica.
Pero me pongo a pensar ¿a quién le interesa la historia de lupita? Y de todas las lupitas que abundan en Latinoamérica. ¡Si su gobernante hoy no se llama Fidel o Raúl Castro, o Hugo Chávez!. ¡Si hoy los Estados Unidos no lo ha declarado enemigo de la democracia!.
¿A quién le importa? que ella gane sólo $4, 400.00 m/n al mes (muchos dirán ¡que diga que tiene trabajo y gana algo!).
¿A quién le importa? Que se tenga que levantar diario a las 04:00 de la mañana.
¿A quién le importa? que su hermana por haberse embarazado sea víctima del acoso de las monjas en su trabajo.
¿A quién le importa? Que ella sea una buena persona, honrada, trabajadora.
¿A QUIÉN LE IMPORTA?.
¡SÍ! … es verdad, a lupita le importa.
Es cuanto.